domingo, 10 de febrero de 2008

CRECIENDO EN LO COTIDIANO


Creciendo en lo cotidiano
Queríamos compartir con ustedes uno de los temas más importantes para la vida de un niño, el devenir de las actividades de la vida diaria, tales como la alimentación, el vestido, desvestido, baño, etc.
Cuando decimos importantes es porque estas actividades son repetidas a lo largo de un día, semanas y meses, por sus padres o adultos que lo cuidan, dejando en él rastros mnémicos; a partir de éstos, quedarán prefijados los patrones que constituirán las bases con las que en un futuro cercano va a realizar esas actividades (independientes, autónomas o no).
¿ Que le brinda el adulto al niño durante estos quehaceres diarios?
Sucede muy a menudo que por ser cotidianas y rutinarias, estas actividades suelen transformarse en monótonas, aburridas, poco creativas, corriendo el riesgo de convertirse en una mera obligación para el adulto, carente de gratificación alguna.
¿Somos conscientes de las huellas que dejamos en el niño a partir de nuestro trato diario?
La manera en que le hablamos, nuestro tono de voz, la mirada, las expresiones gestuales y verbales, el modo de tomarlo, sostenerlo, el tono muscular (relajado o tenso), en suma la atención que le dedicamos a él en ese momento.
La observación directa de la conducta del niño es una excelente herramienta para detectar, registrar los gustos y disgustos del bebé, que aún no se expresa con palabras.
A través de los gestos faciales y corporales, gorjeos, miradas, la tensión o distensión de su cuerpo podremos develar el mundo oculto de sus sensaciones.
A medida que podamos ir decodificando estas pequeñas pistas que nos da el niño, lo conoceremos y satisfaremos mejor en sus necesidades, no solo fisiológicas, sino también psicoafectivas. Por ejemplo, además de alimentarlo para saciar su apetito, tendremos en cuenta si le gusta ese alimento, si desea más o no, el tipo de utensilios usados, el entorno ...
En cuanto al momento del baño nos detendremos en otros detalles, además de la higiene corporal, tales como la manera de tomar al niño dentro del agua, la forma o tamaño del recipiente en que lo bañaremos, la cantidad y temperatura del agua, la hora del día, el estado de ánimo del bebé...
Al vestirlo y desvestirlo podemos contribuir con la construcción de su esquema e imagen corporal nominando las partes del cuerpo que vamos involucrando, por ej..
Para concluir, queda en evidencia que lo fundamental en estas actividades no es sólo el objetivo aparente sino la actitud y predisposición con la que el adulto las realiza, ya que éstas brindarán e irán forjando los lineamientos de la vida presente y futura del niño.
Carla Paolini (Lic.en Kinesiología y Fisioterapia - Esp. en Atención temprana)
Patricia Turello (Psicomotricista - Esp. en Atención Temprana)

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