miércoles, 20 de febrero de 2008

PARTO

Elena del Pozo, matrona donostiarra del ambulatorio de Ordizia, de 45 años y miembro de Zelaun -una asociación que «promueve y fomenta en Gipuzkoa un embarazo, parto y crianza más humanizada»-, asegura que las mujeres, "como mamíferos racionales, tienen un cuerpo capacitado y preparado para un parto natural", sin medicación ni apenas intervención médica.

- ¿Qué es un parto natural?-
Es un parto no medicalizado, ni instrumentalizado, si no se necesita. No quiere decir que no esté vigilado para garantizar el bienestar de la madre y del bebé. El parto, si va como tiene que ir, no necesita ninguna medicación.

- ¿Qué tiene de beneficioso?-
La mujer que esté a gusto en ese ritmo de parto se va a sentir protagonista de lo que está viviendo. Se va a sentir segura, no necesita que nadie intervenga en ese proceso.

- Alguna embarazada que escuche esta reflexión pensará: ¿y el dolor qué?-
A veces el miedo de las mujeres no es al dolor, sino a perder la compostura, a cómo voy a estar a cómo reaccionar ante el dolor con gritos. En el trabajo de grupo, decimos que el grito,el sonido es liberador de las tensiones, también en los partos. Cada mujer debe tener la posibilidad de elegir.- En Gipuzkoa, 9 de cada 10 partos se realizan con anestesia epidural.

¿Qué opina?-
Puede ser la respuesta a que las mujeres sientan mucho miedo al dolor. La mujer pierde confianza en que ella tenga los recursos para poder llevar ese dolor. Se ha vendido la epidural como que es la panacea, pero si hubiera otros recursos puede que no habría tantas mujeres que opten por la epidural. En principio, hay otros recursos naturales.

- ¿Y qué alternativas hay a la epidural para sobrellevar ese dolor?-
Hay que animara la mujer a que encuentre la postura en la que esté más cómoda y sienta menos dolor. Así tendrá menos necesidad de pedir un medicamento para eliminar el dolor. Una opción muy importante y muy fácil es sumergirse en una bañera de agua caliente. El agua caliente relaja la musculatura y disminuye el dolor de la contracción muchísimo.
- Para todo eso, estaríamos hablando de una Sanidad pública distinta a la actual...
- Tampoco es tan difícil. Se requiere una infraestructura donde haya espacios en los que la mujer pueda estar en la intimidad y cómoda, sin ser observada. Para eso hace falta dinero y una gestión económica que decida que eso es interesante. La otra necesidad es que haya más matronas y ginecólogos para atender a estas mujeres en esas condiciones. Ahora ocurren cosas terribles. Cuando hay overbooking de parturientas, a veces coinciden en la misma sala de dilatación dos mujeres de parto a la vez. No hay tranquilidad.

- ¿Cómo se debe preparar esa futura madre para culminar un parto natural sin problemas?-
Intentamos transmitir que confiemos en que como mujeres y mamíferos racionales que somos, nuestro cuerpo está capacitado y preparado para ello. Tenemos que confiar en que somos capaces de hacerlo. Aprender a tener paciencia porque es un proceso largo. Confiar en que el cuerpo tiene sus maneras de solventar el dolor y que podemos aprender a buscar los recursos para sobrellevar ese dolor en el momento del parto, como el movimiento, las posturas...

- ¿Qué posturas son las más cómodas?-
En posición cuadrúpeda -a cuatro patas- o un poco reclinada sobre una pelota grande... Cada mujer tiene que buscar su postura. Lo que ocurre es que en la Sanidad pública no todo el mundo es tan abierto y, sobre todo, la infraestructura no lo permite.
Así y todo, ya hay pacientes que vienen de algún hospital de Osakidetza contando que estuvieron dilatando en una bañera muy a gusto. - En Cataluña, la Sanidad pública ha impulsado un protocolo de parto natural en siete hospitales- Es lo que nosotros reclamamos en Osakidetza. Es un problema de gestión económica y de creer en ello.

EPIDURAL

Los gritos de una mujer que daba a luz sin la opción de recibir algún tipo de medicación para aliviar el dolor son cosa del pasado. La existencia de nuevas técnicas, como la anestesia epidural, hacen que una experiencia que podría ser muy dolorosa pueda llevarse a cabo con calma, de una manera más controlada e incluso cómoda.

Por supuesto, muchas mujeres tienen la esperanza de poder experimentar el parto sin la necesidad de medicamentos. Pero una vez que el trabajo de parto comienza, es muy común, y perfectamente comprensible, que la mujer cambie de opinión y pida que se le administre algún tipo de alivio para hacer que el proceso resulte más fácil o, al menos, más tolerable. Más allá de cuán preparada esté, física o mentalmente, dar a luz es difícil.
Ya sea que sepa desde el primer día que pedirá anestesia epidural o que esté decidida a dar a luz sin medicamentos, la ponemos al tanto de cómo la anestesia epidural puede aliviar algo del dolor del parto.

¿Qué es una epidural?
La anestesia epidural es la medicación que la mayoría de las mujeres tienen en mente cuando piensan en el alivio del dolor durante el parto. Es un tipo de anestesia local que proporciona alivio continuo del dolor del ombligo hacia abajo (incluyendo las paredes vaginales) durante el trabajo de parto y el momento del alumbramiento. Con el efecto de la anestesia epidural, la mujer está cómoda y completamente consciente.

¿Cómo se administra?
La anestesia epidural implica el uso de drogas que administra un anestesiólogo a través de un catéter muy delgado que se introduce en la parte lumbar de la columna de la mujer y, luego, en el área que recubre la médula espinal (llamada “espacio epidural”). Tendrá que sentarse o acostarse de costado con la espalda arqueada mientras el médico coloca la epidural.
La cantidad de medicación se regula según sus necesidades. A medida que el parto progresa y comienza a dar a luz, el anestesista puede administrar la medicación en función de lo que sea necesario a través del catéter que tiene colocado en la espalda, sin tener que volver a inyectarla.

¿Qué se siente?
La idea de que le introduzcan una aguja larga en la columna puede ponerla muy nerviosa. Pero contrariamente a lo que muchas mujeres piensan, la inyección de la epidural no duele mucho. Dado que primero se duerme la piel, es probable que sienta apenas un pequeño pinchazo y una sensación de presión. Por supuesto, usted sentirá que tiene un catéter en la espalda, lo cual puede resultarle molesto a algunas mujeres, pero no es doloroso ni incómodo.
Una vez que la epidural esté colocada, seguirá sintiendo la presión de las contracciones, pero no el dolor. En realidad, es beneficioso sentir las contracciones, aunque sea apenas, porque esto ayuda a comenzar a pujar.

A medida que el médico ajusta la dosis, es posible que sienta las piernas algo débiles, calientes, con cosquilleos, dormidas o pesadas. A diferencia de otras drogas para el parto, la anestesia epidural no afecta sus facultades mentales. Estará consciente y se dará cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor.

¿Cuánto tiempo lleva?
Sólo lleva un par de minutos administrar la epidural. Los efectos de la droga comienzan a sentirse entre 10 y 20 minutos después de inyectarla. El catéter de la epidural se dejará colocado durante todo el trabajo de parto y el parto en sí.

¿Cuáles son los riesgos?
La epidural tiene algunas desventajas.
Es posible que provoque los siguientes efectos:
*dificultad para pujar (si bien el anestesiólogo puede controlar la cantidad de medicación que se administra si esto sucediera);
*una caída en la presión arterial de la madre;
*dolor de cabeza;
*dificultad temporal para orinar, lo que requiere la colocación de una sonda urinaria;
*una hemorragia (muy raramente).

Si bien algunas investigaciones sugieren que la epidural aumenta el riesgo de tener un parto con cesárea o un parto vaginal con fórceps o ventosas, otros estudios no muestran ninguna correlación. No está claro si la cirugía o el parto asistido fueron necesarios a causa de la epidural o si la epidural y la cirugía o el parto asistido fueron necesarios a causa de algún problema subyacente.

¿Cómo afectará a mi bebé?
Parte de la anestesia epidural llega al bebé, pero es mucho menos que lo que le llegaría al pequeño si la madre recibiera drogas para el dolor a través de una endovenosa o si le dieran anestesia total. El riesgo que corre el bebé con la epidural es mínimo. Entre los peligros que implica, está la posibilidad de que se produzca algún tipo de afección (como un ritmo cardíaco lento) causado por la baja presión sanguínea de la madre.

¿Cómo me sentiré después del parto?
Si recibe anestesia epidural, es posible que tenga escalofríos después de dar a luz a su bebé (lo cual es común con o sin la epidural). También es posible que sienta las piernas algo dormidas, o un cosquilleo, a medida que el efecto de la anestesia comienza a irse. Esto significa que tal vez no pueda caminar por un par de horas después del parto. Aun después de este período, pídale ayuda a alguien hasta que sienta que sus piernas han regresado a su estado normal. Si tuvo una cesárea, es posible que su médico continúe con la epidural después del alumbramiento con el fin de aliviar el dolor.

También es posible que sienta dolor en la espalda por unos días en el lugar donde se colocó la epidural. En raras ocasiones, las mujeres que han recibido anestesia epidural pueden sufrir dolores de cabeza o tener dificultades respiratorias después del parto.

¿Qué otros medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor?
La anestesia epidural no es la única medicación que puede ayudarla a controlar el dolor y la tensión del trabajo de parto y el alumbramiento.
El bloqueo espinal, que también se inyecta en la parte lumbar de la columna a través de un catéter, permite aliviar el dolor rápidamente utilizando dosis menores de medicación. Sin embargo, como el bloqueo espinal sólo dura 2 horas como máximo, se administra durante el parto en lugar de durante el trabajo de parto.

Es posible que algunas mujeres reciban una combinación de bloqueo espinal y anestesia epidural, lo cual ofrece un alivio más rápido del dolor y puede continuarse durante el parto. A algunas mujeres, este analgésico les permite caminar una vez que se ha colocado, ya que tiene un efecto menor sobre la fuerza muscular. Otras técnicas también permiten caminar, dependiendo de la medicación que se utilice.Otra posibilidad para el alivio del dolor es un bloqueo nervioso, el cual suele administrarse mediante una inyección que insensibiliza ciertas áreas del cuerpo (como lo vagina o el perineo, que es el área entre la vagina y el ano).

Los analgésicos son medicamentos para el dolor que pueden administrarse por vía endovenosa o mediante una inyección, en caso de que sean necesarios. Los tranquilizantes pueden administrarse por vía endovenosa para calmar a las mujeres muy nerviosas. Sin embargo, no alivian el dolor y pueden generar efectos secundarios significativos. Si los medicamentos se administran por vía endovenosa, el bebé también recibirá estas drogas.
Hable con su médico sobre los diferentes medicamentos disponibles y acerca de cómo pueden afectarla a usted y a su bebé. Si desea recibir una epidural, comuníqueselo a su médico en cuanto tome la decisión y averigüe en qué momento del trabajo de parto –no bien comienza o más tarde– puede recibirla.

Si bien muchas mujeres desean dar a luz sin medicación para aliviar el dolor, no es una muestra de debilidad decidir que le administren algún tipo de droga para aliviar el dolor o la ansiedad. El dolor de parto suele ser uno de los peores dolores que debe soportar el cuerpo de la mujer. Usted no será menos mujer ni menos madre por pedir que le alivien el dolor. Usted conoce su cuerpo mejor que nadie. Sólo usted puede juzgar cuánto dolor puede tolerar.